- A 24 años de su partida física, los huastecos los siguen recordando
Origen, formación y llegada a Valles
Un 2 de enero de 1934, un sacerdote originario de Lagunillas llegó a Ciudad Valles con la encomienda de hacerse cargo por diez días de la Parroquia de Santiago de los Valles, pues el padre Carlos Moctezuma se encontraba enfermo, sin imaginarse que aquí se consagraría no sólo a la labor pastoral sino también a cimentar el desarrollo regional; ese joven presbítero era Xavier Enrique Guerrero Briones, a quien se le conocería como el Padre Xavier.
Nació el 15 de julio de 1904 en el municipio de Lagunillas, siendo el tercer hijo de don Tomás Guerrero y Adela Briones; recibió el sacramento del bautismo en la Parroquia de Lagunillas de manos del presbítero Anacleto Medina, y fueron sus padrinos don Flavio Castro y Carlota Robles; su confirmación fue de manos del Obispo de San Luis Potosí, Miguel de la Mora, e hizo su primera comunión en la Parroquia de Lagunillas, en misa oficiada por el padre Juan N. Martínez.
Los primeros tres años de primaria los cursó en la escuela oficial de Ciudad Fernández, municipio en donde su padre fungía como secretario del Ayuntamiento; de cuarto a sexto estudió en la escuela Zaragoza de la capital de la entidad. Cursó el bachillerato en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, entonces fue parte del cuerpo administrativo de la revista estudiantil “Juventud”, en donde además se desempeñó como redactor.
Posteriormente pasó al Seminario Conciliar Josefino, donde cursó el primer año con clases de latín, humanidades, filosofía y teología; el segundo año lo hizo en la Universidad Pontificia en la Ciudad de México; el tercer año lo cursó en el Seminario de Veracruz, también en la capital del país, y para el cuarto año reingresó al seminario de San Luis Potosí, cuando era Obispo Miguel de la Mora.
Contaba el Padre Xavier, que fue en ese entonces que estuvo preso en los sótanos de la Inspección de la Policía en la Ciudad de México con 200 seminaristas más, y que en una segunda ocasión detenido en el mismo lugar, escuchó los disparos cuando fue fusilado el Padre Pro.
Su guía en el Seminario fue el presbítero Eulalio Puente, quien era Capellán del Santuario de Guadalupe de San Luis Potosí.
Destaca entre sus recuerdos, que recibió las órdenes sagradas de manos del Obispo Miguel de la Mora en plena persecución religiosa en la colonia Roma, en la Ciudad de México, en una casa improvisada como seminario junto a un pequeño número de seminaristas.
Xavier Enrique Guerrero fue ordenado sacerdote el 19 de abril de 1930 y celebró su primera misa cantada en el Santuario de Guadalupe; posteriormente y como primera labor ministerial, fue enviado a la parroquia de Matehuala, como vicario cooperador; año y medio después fue asignado a la Parroquia de Rioverde, cuado era Obispo Guillermo Trischtler y Córdova, en donde permaneció también durante año y medio.
Por instrucciones del Obispo Trischtler, el 2 de enero de 1934 el Padre Xavier llegó a Ciudad Valles, con instrucciones de suplir por diez días al párroco Carlos Moctezuma.
Pero pasaron esos diez días y el joven presbítero continuó no sólo al frente de la Parroquia Santiago de los Valles, sino que además se le encomendó la Parroquia de Aquismón, municipio en donde profundizó en la labor pastoral e hizo todo lo necesario para construir templos, uno de ellos en la comunidad indígena serrana de Tamapatz.
Durante ese tiempo tuvo a su cargo también las parroquias de varios municipios, entre los cuales destacan Axila, Tamuín, Tancanhuitz y Tampamolón y Axila; fungía además como representante del Obispo Anaya en toda la región.
La obra religiosa y social
Pero el Padre Xavier no sólo se limitaba a su labor pastoral, sino que mostraba una gran preocupación por las condiciones en las que vivía la mayoría de los habitantes de la Huasteca potosina y poco a poco fue tratando de hacer algo por revertir esa situación, y se empezó a convertir en el gestor de importantes obras y acciones sociales, llegando a tocar las puertas incluso de aquellos que no profesaban la religión católica.
Como parte de su ministerio se dio a la tarea también de buscar recursos entre los católicos para edificar templos, logrando así construir la capilla del Cementerio Municipal y las iglesias de San Juanita en la colonia Bellavista y de San Martín de Porres en la colonia Vergel.
Preocupado por las condiciones en las que vivían muchas personas mayores, el Padre Xavier se dio a la tarea de integrar un patronato pro construcción de un albergue y buscó apoyos económicos y materiales, consiguiendo en poco tiempo edificar lo que hoy es el Asilo de Ancianos San Martín de Porres.
El religioso manifestaba en sus pláticas que la educación era fundamental para conseguir el progreso en la región, por lo que también se propuso abrir más escuelas para que todos tuvieran la oportunidad de estudiar, y su legado en ese aspecto es vasto, por mencionar algunas de sus obras, se pueden citar las escuelas para niños y niñas, Carlos A. Carrillo y Leona Vicario, respectivamente.
A estos planteles se le fueron sumando otros como el Colegio Motolinía, la Academia Comercial Potosina, la Preparatoria Valles y la entonces Escuela Regional de Estudios Profesionales (EREP), hoy Campus Huasteca de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Las recurrentes enfermedades que en ese entonces padecían los vallenses y huastecos en general, motivó que el aspecto de salud también estuviera entre las prioridades del Padre Xavier, y como testimonio de su preocupación se recuerda primero la instalación de dispensarios médicos y posteriormente la creación de los patronatos del Hospital General y de la Cruz Roja.
Pero sin duda que para los fieles su legado más importante es la construcción del Santuario de la Virgen de Guadalupe, hoy conocido como Catedral. Quizás en su ministerio y como obra material, éste debió ser el proyecto más ambicioso, y sabiendo que se requería de muchos recursos no escatimó esfuerzo por buscar recursos, y cuentas quienes lo conocieron, que recordaba que hasta a quienes no eran católicos, algo de dinero les sacó para esa obra.
Profesiones, oficios y aficiones
El Padre Xavier parecía no descansar nunca, pues además de su labor pastoral y de gestor y constructor de obras en Valles y la región, se dio tiempo para la docencia, pues fue profesor en la Escuela Secundaria Federal No. 1 “Pedro Antonio Santos”, en la Preparatoria Valles y en algunas otras instituciones educativas.
Como hombre culto y asiduo a la lectura, no escapó a la tentación de incursionar en el periodismo y lo hizo como articulistas en el Semanario Valles, entonces el medio de comunicación impreso más importante de la región, además de que participó como comentarista de temas de interés general en la programación de la radiodifusora XETR.
Su deporte favorito fue el besibol y paradójicamente siendo él un servidor de Dios, cuentan sus conocidos que su equipo favorito y del cual fue aficionado, era los Diablos Rojos del México.
Su partida física
Cuando contaba con 80 años de edad, aún con varios proyectos importantes en puerta, el 7 de diciembre de 1984 el Padre Xavier falleció, suceso que provocó una gran tristeza en la mayoría de los habitantes de Ciudad Valles y la Huasteca potosina, pues quien fuera su principal benefactor fue llamado a ocupar un lugar importante junto al Creador.
Al conmemorarse el XIV aniversario de su fallecimiento, en el año de 1998, fue erigido un busto en su memoria en el atrio de la Parroquia Santiago de los Valles, que es su casa.
En Ciudad Valles vive su familia, conformada por su sobrina Carmelita Guerrero, su esposo Raymundo Rodríguez y sus hijos Patty, Javier, Carmelita, Betty y Tito Enrique Rodríguez Guerrero, quienes recuerdan la extraordinaria lección de vida que les heredó el Padre Xavier, un presbítero que no se limitó a su labor pastoral, sino que fue más allá al buscar el bien común.
